top of page

La amusia: el sorprendente caso de Ravel

  • Foto del escritor: Juanma de Casas
    Juanma de Casas
  • 18 oct
  • 2 Min. de lectura
M

La amusia es un trastorno neurológico que afecta la percepción y producción musical, dificultando reconocer, reproducir o estructurar melodías y ritmos.


Maurice Ravel, autor de obras como Boléro, vivió esta experiencia de forma dramática. Hacia el final de su vida, comenzó a perder la capacidad de escribir música coherente. No dejaba de sentir la música; su cerebro había perdido la “hoja de ruta” que transformaba los sonidos en melodías y armonías.


En Ravel, la amusia afectaba principalmente la producción musical, mientras que la percepción pasiva seguía funcionando. Para un compositor, es como ser un piloto que distingue el horizonte, pero cuyos controles no responden: el talento sigue vivo, pero el cerebro no puede organizarlo en acción.


El caso de Ravel ilustra la complejidad del cerebro musical. Estudios modernos muestran que la amusia se relaciona con daños en el hemisferio derecho, encargado de integrar ritmo, tono y timbre. Para un ingeniero de sonido, esto es revelador: incluso un pequeño fallo en la percepción de armónicos, intervalos o patrones rítmicos puede arruinar la coherencia de una mezcla. Por ejemplo, mezclar guitarra, sintetizador y bajo sin percibir bien ciertos armónicos puede generar choques sutiles que desordenan el tema.


Entre las anécdotas más sorprendentes, se cuenta que Ravel pasaba horas frente al piano revisando fragmentos que ya no podía organizar mentalmente, frustrado por melodías que solo existían en su imaginación. Otros músicos con amusia desarrollan estrategias compensatorias, como memorizar secuencias rítmicas o asociar melodías a gestos físicos, pero Ravel no tuvo tiempo de adaptarse.


En resumen, la amusia de Ravel combina talento, neurología y ciencia musical, mostrando que incluso los genios están sujetos a las reglas invisibles del cerebro. Para ingenieros y técnicos de sonido, es un recordatorio de que la percepción fina de timbre, ritmo y armonía es esencial no solo para crear música, sino para entenderla y comunicarla de manera efectiva. La historia de Ravel nos conecta con la vulnerabilidad y la genialidad humanas al mismo tiempo: un verdadero aprendizaje para cualquier amante del sonido.


Hay casos de amusia congénita, adquiridos, y que pueden manifestarse de manera tonal, rítmica, verbal o expresiva, afectando a distintos aspectos de la música de formas sorprendentes.


Juan Tarteso apoya este artículo

 
 

Suscríbete a nuestra newsletter

  • LinkedIn
bottom of page