La polilla de la cera escucha hasta 300 kHz
- Juanma de Casas

- 18 oct
- 2 Min. de lectura

Si creías que los murciélagos eran los reyes del ultrasonido, te sorprenderá saber que la polilla de la cera tiene un superpoder auditivo digno de héroe de cómic. Este pequeño insecto, famoso por devorar los tarros de miel de nuestros abuelos, puede escuchar frecuencias de hasta 300 kHz, mucho más allá del límite humano (20 kHz). Para ponerlo en perspectiva: incluso los perros solo llegan a unos 45 kHz, y los delfines rayan los 150 kHz.
¿Por qué necesita un oído tan extremo? La respuesta es pura supervivencia: la polilla de la cera detecta los clics de ecolocalización de los murciélagos, sus depredadores naturales. Antes de que el murciélago se acerque demasiado, la polilla ya está en modo “escape”: zigzagueando, girando o cayendo en picado, un verdadero ninja alado. Es como si tuviera un radar integrado que le permite anticipar cada maniobra de su enemigo.
Pero no es solo una cuestión de “oír mucho”. La sensibilidad de la polilla al ultrasonido es tan fina que puede distinguir entre diferentes tipos de clics de murciélagos, interpretando señales de amenaza real y falsas alarmas. Esto significa que su oído no solo capta sonido; analiza información crítica sobre su entorno en tiempo real, algo que cualquier ingeniero de sonido apreciaría: un oído selectivo, hiperpreciso y extremadamente rápido.
Incluso hay quien bromea diciendo que si pusiéramos un micrófono dentro de la antena de una polilla, escucharíamos un concierto de ultrasonido que parece sacado de la ciencia ficción. Y en estudios de bioacústica, se ha observado que la polilla ajusta su comportamiento dependiendo de la intensidad y dirección del sonido, casi como un músico afinando su interpretación según la acústica de la sala.
Este pequeño insecto demuestra que la audición no es solo cuestión de música o conversación: la evolución puede convertir un oído en una herramienta de vida, capaz de percibir un mundo completamente invisible para nosotros. Así que la próxima vez que veas una polilla de la cera, recuerda: aunque parezca inofensiva, tiene un superoído incorporado que haría palidecer a cualquier equipo de sonido profesional.
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